Durante el mes de enero hubo dos importantes olas de calor, motivo que nos llevó a determinar con prisa las fechas de cosecha, para evitar la sobre maduración de las uvas. Empezamos la cosecha de Malbec en nuestra finca de Luján de Cuyo el 14 de Febrero, y el 27 de Febrero lo hicimos con la uva Bonarda del viñedo orgánico. Ese mismo día comenzamos la vendimia en el Valle de Uco.

La cosecha 2019 se presentó como un desafío para los viticultores. Se puso a prueba el manejo vitícola no sólo del año, sino de lo acumulado en varias temporadas. Las olas de calor son un verdadero reto para el funcionamiento normal de la planta, ya que sólo las resisten aquellas que poseen un sistema radicular profundo, en el cual las raíces encuentran mayor humedad y pueden protegerse del alza de la temperatura en la superficie. Para esto es fundamental un buen manejo del suelo y de los recursos hídricos.

 

 

En general, las condiciones climáticas de esta cosecha fueron óptimas, debido a la escasez de lluvias y a la ausencia de tormentas de granizo significativas. Esto permitió obtener fruta de excelente calidad, permitiéndonos alcanzar rendimientos equilibrados y con buena concentración, ya que en temporadas anteriores habían sido de volúmenes más bajos.

Más allá de la intensidad del trabajo y el cansancio que este nos deja, sentimos la enorme satisfacción de que todo funcionó acorde a lo planificado. El trabajo en equipo siempre se refleja en los resultados, y creemos que esta cosecha nos permitirá hacer realidad los vinos que tanto nos gustan: aquellos de gran profundidad y carácter.